A la hora de realizar el mejor aislamiento térmico en un espacio disponemos de varias opciones y una de ellas es el aislamiento reflexivo. Se caracteriza por estar formado por multitud de capas de un grosor muy fino con el que se consigue mayor aislamiento sin perder apenas espacio. También hace que sea un aislamiento más ligero y flexible que otros, fácil de transportar e instalar.
Como ves, las ventajas del aislamiento reflexivo son múltiples y por eso es necesario saber en qué tipo de proyectos es más conveniente apostar por él y en qué tipo de obra no.
En Reves, como distribuidores de aislamientos térmicos sabemos la importancia de trabajar con materiales que acaban dotanto a las obras del mejor resultado, ya hablábamos del aislamiento reflexivo, ahora te ampliamos aún más la información sobre sus usos o aplicaciones, te vendrá bien si eres un instalador autónomo o empresa de reformas, constructor e incluso particular.

Obras en las que instalar el aislamiento reflexivo
En el mercado existen tantos tipos de aislantes térmicos que, a la hora de elegir el más adecuado a cada proyecto, puede resultar un poco complicado. Todos parecen contar con unas propiedades similares que nos benefician, pero los aislamientos reflexivos destacan y cada vez están siendo más demandados en obras que antes optaban por otros materiales.
· Instalaciones contra incendios.
A diferencia de otros materiales aislantes como el poliestireno extruido o el expandido (conocido este último como corcho blanco), el aislamiento reflexivo es ignífugo, perfecto para instalaciones que necesitan estar protegidas contra el fuego.
En este tipo de proyectos hay que evitar materiales como el poliuretano proyectado, puesto que son combustibles y no garantizan ninguna seguridad en caso de que haya un incendio.

· Espacios húmedos.
Aunque algunos materiales se comercializan como resistentes al agua, muchos expertos aseguran que el absorber la humedad pierden eficacia.
La lana de vidrio es un ejemplo de ello, ya que si está en contacto con agua de forma prolongada no evita que aparezcan microorganismos y pone en riesgo la instalación. Esto no ocurre con el aislamiento reflexivo, ya que se trata de una solución hidrófuga, perfecta para espacios con mucha humedad y que evitan los problemas derivados de ella, como moho y hongos.
· Proyectos con problemas de espacio.
Cualquier vivienda o negocio que quiere hacer una reforma y aislar térmicamente una zona tienen el mismo objetivo: perder el menor espacio posible. Esto antes resultaba complicado con el tipo de aislamiento que se comercializaba, pero gracias al aislamiento térmico reflexivo ahora es completamente posible.
Su grosor varía desde los 4 a los 30mm, unas dimensiones perfectas en aquellos proyectos en los que cada centímetro es importante para el usuario. Otros materiales considerados ignífugos e hidrófugos conllevan una pérdida considerable de la superficie, como ocurre con la lana de roca.
· Obras realizadas por particulares.
En aquellos proyectos en los que los instaladores no van a ser profesionales, se recomienda optar por el aislamiento reflexivo.
Algunos materiales, como la lana de vidrio, en contacto con la piel puede crear irritaciones o alergias en algunas personas, algo que no ocurre con los reflexivos. Por otra parte, su facilidad de montaje, su ligereza de transporte y su flexibilidad a la hora de trabajar con este tipo de aislamiento, hace que los reflexivos sean los más recomendados en obras que va a realizar un particular.
Otros aislantes como la lana de roca solo es empleada por profesionales, debido a su gran tamaño y los recursos necesarios para su instalación.

· Instalaciones en diferentes superficies.
Si tienes que hacer una reforma u obra nueva y necesitas el aislamiento en diferentes partes, el aislamiento reflexivo está pensado para suelos, pilares, cantos de forjado, tabiquería interior, fachadas…
Para cada caso es mejor optar por un grosor u otro, siendo el más grueso el empleado para cubiertas y fachadas. Con un mismo tipo de aislamiento, en el que solo varías su grosor, puedes aislar todo tipo de espacios y superficies fácilmente.
¿Quiénes utilizan aislamiento reflexivo en sus obras?
Albañiles, ingenieros, arquitectos o aparejadores están cada vez apostando más por el aislamiento térmico reflexivo y ofrecer una solución perfecta frente a humedad, fuego, moho y bacterias, perdiendo el menor espacio posible.
Pero como hemos visto, también es un tipo de aislamiento perfecto para particulares, gracias a su manipulación e instalación fácil y rápida.
En Reves, además de instaladores de aislamiento térmico para todo tipo de proyectos, somos distribuidores de material de construcción a través del almacén EBROPLAC de Zaragoza, allí dispones de este material y todo lo que necesites para tu proyecto.
Los materiales llevan certificación AENOR y CE. Nos caracterizamos por suministrarlo de forma rápida y ofrecemos asesoramiento técnico a aquellos negocios que lo necesiten. Pregúntanos sin compromiso y te aclaramos dudas. O si lo prefieres llámanos 691 03 60 98